Aceptar tarjetas de crédito como pequeña empresa ¿Cómo y por qué?
Hoy en día parece que todo el mundo que ha pensado en abrir su propio negocio tiene una opinión sobre la aceptación de tarjetas de crédito. Algunos dicen que nunca lo harán, debido a las tasas de procesamiento y otros costes, mientras que otros dicen que en realidad les ha ahorrado dinero a largo plazo. ¿Quién tiene razón?
Cómo la aceptación de tarjetas de crédito puede perjudicar a las pequeñas empresas
Los honorarios. Lo cierto es que las pequeñas empresas se manejan con presupuestos ajustados durante los dos o tres primeros años, y la idea de recortar gastos no es algo que se oiga sólo a los empresarios fracasados. Incluso la pequeña empresa más bulliciosa puede verse obligada a tomar decisiones financieras difíciles. ¿Cuánto cuesta? ¿De qué servirá? ¿Merece la pena?
Por término medio, una transacción a crédito cuesta a las pequeñas empresas entre el 2 y el 4% del precio de la compra, o una tarifa plana, normalmente de cinco céntimos o menos. En algunos casos, ambas comisiones se aplican a cada una de las transacciones de crédito que se realizan. Eso sin mencionar el coste inicial del hardware que permite pasar la tarjeta y el software que descifra el significado de la banda magnética de ese trozo de plástico y lo lee en una caja registradora. Además, muchos proveedores de servicios comerciales incluyen una cuota mensual o anual basada en el número medio de transacciones mensuales de la empresa. Muchas pequeñas empresas sortean muchos de estos problemas mediante el uso de un lector de tarjetas de crédito móvil, disponible en numerosas empresas, pero la cuota de uso sigue siendo del 2,75% o más por transacción.
Estas tarifas se acumulan, especialmente en situaciones en las que un lector móvil no sirve, en zonas muertas de Wi-Fi de ciudades pequeñas y en sectores en los que el recibo en papel es imprescindible. De este modo, el coste de aceptar una tarjeta de crédito parece superar por completo cualquier beneficio que pueda suponer para el negocio.
Cómo puede marcar una diferencia positiva
Aunque las comisiones relacionadas con el procesamiento de las tarjetas de crédito pueden parecer agobiantes, hay algunos puntos importantes que hay que entender antes de calificar las tarjetas de crédito como una pesadilla para las pequeñas empresas.
La media de las transacciones con tarjeta de crédito es un 50% superior a las realizadas en efectivo: la decisión de aceptar tarjetas de crédito en su pequeño negocio podría ser la diferencia entre una compra de 25 y 50 dólares. Si se encuentra en una zona con pocos negocios locales que acepten el plástico y hace uso de los lectores de tarjetas de crédito móviles, también puede actuar como una importante herramienta de ventas. La gran mayoría de las personas -hasta 7 de cada 10- confiesan preferir el plástico al efectivo como principal ocupante de su cartera. Es más fácil de transportar, tiene una seguridad añadida en caso de pérdida o robo, y da la tranquilidad de poder tener dinero casi en cualquier sitio.
Otras ventajas financieras de aceptar tarjetas de crédito:
- El estadounidense medio que utiliza el plástico tiene entre tres y cuatro tarjetas bancarias diferentes, lo que le da más opciones de pago si quiere algo que puede parecer un poco fuera de su alcance. Esto hace que sea más probable que compren.
- El volumen de compras con tarjeta de crédito está aumentando casi tres veces el aumento medio de las compras en general.
- Las tarjetas de crédito representan ahora cerca del 25% de todas las compras. Esto significa que no aceptarlas podría costarle una de cada cuatro ventas diarias.
Para las pequeñas empresas, esta preferencia del consumidor es un factor decisivo. A fin de cuentas, puede valer la pena perder el 3% de cada venta por la posibilidad de duplicar la cantidad de dinero que cambia de manos en esa transacción, pero no es algo a lo que haya que lanzarse a ciegas. Comprueba los libros y el presupuesto antes de invertir en cambiar la cara de tu negocio. Recuerde que ganar dinero cuesta dinero.